Orando en silencio.

un joven angel guerrero merodeaba dentro del santurio, miraba a la angel orando una preciosa angel como nunca habia visto jamas en su mente el queri arodillarce a su lado, mas algo el detenia era mas fuerte su pensamiento de pecados cometido que se sentia indigno de todas las cosas, al centir esto una pequeña gota rodo de sus ojos por su mejillas y callo al suelo el echo de ser guerroro lo perturbaba un poco, el sonido de a quella lagrima lo apeno y rapidamente salio del templo se detubo en la entrada de el y miro ariba el aura de la angel que estaba dentro le invitaba a querer entrar asi que entro nuevamente descubiriendo en esa angel algo que el asia senti paz en su corazon y alma.

Escuchaba los pasos indesisos de aquel angel que a sus espaldas estaba. Sintio curiosidad por saber quien era, algo le llamaba atencion pero no sabia que, aun asi siguio sumerguida en sus oraciones, nunca habia interrumpido ese momento a solas que tiene para elevar sus oraciones su diosa. Termino y se puso de pie, separo sus manos y lentamente abrio sus ojos, la luz le molestaba un poco pero se acostumbro rapidamente. Sin mirar al angel misterioso le hablo tranquilamente.

-Hasta que nos desidimos jeje... acerquese... talves pueda ayudarle.

-oh!. Disculpeme por mi interupcion, le aseguro no fue mi intencion privarla de su momento de encomendacion a nuestras Diosa Kumiko-megamisama-

Decia minase quien en su mirada se veia algo de pena pero mas que eso se miraba inconformidad con sigo mismo

-Ah no se preocupe, no le estaria hablando si no hubiera terminado je! mmm... siento que olvido algo.

Se da vuelta rapidamente, hace una reverencia y mira fijamente al angel con una dulce sonrisa en su rostro y un leve rubor en sus mejillas.

-Perdone mi descortesia mi nombre es Himeko Saint-Rossal encantada en conocerle ....

Esperaba que el joven le dijiera su nombre, mientras jugaba con sus dedos, su presencia le ponia algo nerviosa.

-Oh! es un placer señorita saint-rossal, mi nombre es Minaze. Doronoa minaze-

el angel miraba a sia todos lados menos asia himeko por alguna razon su rostro estaba algo ruborisado y le daba pena mirarla...

-y ... emm digame cuan amenudo biene usted a qui?- dijo minaze para no quedarse mudo...

-Oh! no, no su memoria esta bien yo soy quien para ser espatos nunca vengo... mas nose por que el dia de hoy e venido y bueno almenos cori con suerte de encontrar a una vella sacerdotisa... digo ah!! lo ciento mi boca habla de mas pero nuncamiente....-

Minaze la mirabacon sus ojos palidos agricentados mas su cara estaba algo ruborisada nunca antes habia sido devil ante una mujer no savia si era el echo de que ella fuera Hermosa o por el ser sacerdotisa mas no quitaba su mirada de ella...

Al escuchar tales cumplidos por parde del angel que estaba frente a ella su mejillas se sonrojaron de un rojo furioso y empezo a tartamudear.

-Eto... yo... eto n-no se q-que desirle Mi-minaze-san..

No sabia que hacer o desir estaba muy nerviosa no es que nunca le hallan dicho que es bella pero las palabras de aquel joven eran diferentes...

-ah! disculpe si la incomode sepalo que no fue mi intencion... si me permite Himeko-chan podria hablar mas con usted pero fuera del santuario creo que el echo de yo estar aqui ya es una falta grave...-

sus ojos se tornaron algo frios como si cintiera una gran soledad un bacio que no podia llenar...

-Oh! Porque dice eso Minaze-san??? Las puertas de este santuario esta abiertas para todos los angeles...

Al ver sus ojos se acerco a el y tomo entre sus calidas manos la mano de el. Con una voz dulce le hablo.

-No diga eso... no se cuales son sus razones para pensar asi pero no quiero que lo haga... si se va ha sentir mas comodo en otro lado no iremos pero por favor no hable de usted de esa forma.

el corazon de el angel palpitaba cada ves mas rapido era como si quisiece salir de su pecho minaze quedo petrificado al sentir tal calor emanando de tam bello angel... por alguna razon llebo esas calidas manos y las poso sobre su rostro posando un beso en la palma de himeko por alguna razon no savia lo que asia era la primera ves que una persona le hacia perder el control...

-himeko-san... me gusta la calides de tus manos...-

como dijo minaze su boca hablaba de mas, pero esta no mentia...

-Minaze-san... otra vez esta hablando de mas, pero gracias por el alago...

Una sensacion extraña dentro del pecho de Himeko habia, algo que nunca imagino sentir, le temblaban las manos, sus mejillas ardian a mas no poder, sintio un impulso y con una de sus manos temblorosas acaricio a Minaze. Rapidamente aparto su mano y le dio la espalda.

-Yo...eto lo siento mucho...

-mmm no quien deve disculparce a qui soy yo por mi comportamiento, es divertido save... nos venios conosiendo y lo unico que hacemos es pedir disculpas uno al otro, no ayo mejor manera de conoser a una persona...-

minaze quien muy poco lo hace sonrio de una manera llena de felicidad no a acarcajadas ya que no es su estilo pero en su rostro se dibujo satisfacion y paz...

-Estoy algo acotumbrada, siempre ando disculpandome con todos soy como decirlo.... algo....muy... bastante... torpe.

Se dio vuelta al ver al angel sonreir hizo lo mismo tanto por fuera como por dentro. Estaba algo apenada nunca habia acariciado a un joven de hecho nunca habia estado tan cerca de un chico.

-Linda sonrisa...

Fue lo unico que salio de sus labios y por eso sentia algo tonta.

minaze miro asia abajo y su rostro se puso rojo encendido estava lleno de pena, tanto que unicamente se limito a mirar el suelo...

-este... yo... gracias himeko-sam-

este continuaba mirando al piso nunca se habia quedado mudo y menos delante de una mujer y menos de una tan hermosa...

Rio por lo bajo fue una tierna risita no de burla si no de ver al angel sonrojarse de esa forma por su comentario. Levanto el rostro del joven para poder verle a los ojos y eso que le ponia muy nerviosa. Sintio un escalofrio recorrerle de pies a cabeza.

-Joven Minaze... disculpe si mi comentario le incomodo.

-a jaja no no tranquila- minaze se tapo rapido al boca ya hacia demaciado años que no se carcageaba

-este, yo ya no se ni lo que me pasa me siento como volando pero mis alas no se an havierto este lugar tiene algo especial ademas de usted claro esta...-

-Eto... no creo ser especial Minaze-san... ya nadie me cree especial

Sus ojos entristesieron y bajo su mirada. Recordando como le decian que ella era especial, que seria una de las mejores guardianas pero ella tomo otro camino y eso nunca se lo perdonarian por eso viene cada dia aqui buscando el perdon de us familia.

-ho! himeko-san...-

minaze fue quien esta ves se acerco a ella y tomo sus calidas y finas manos al mismo tiempo tomo de la barvilla de aquella angel para mirarle a la cara....

-himeko-san lo dije una ves y lo dire otra ves mi boca habla de mas, pero nunca miente... y mi boca dice que usted es alguien muy especial...-

posterior mente sonrio calidamente y placentero

-Ojala ellos pensaran asi Minaze-san... los desepcione pero no me arrepiento del camino que elegi.

Por dentro se ahogaba en llanto pero no pensaria mostrarse debil o llorar frente a alguien y menos frente Minaze, es lo que menos queria que el la viese debil. Forzo una sonrisa.

minaze la miraba fijamente y miraba como se dibujaba una sonrisa algo falsa....

-Himeko-san, ni eso que le dices sonrisa me deja tranquilo por alguna razon estoy inconforme... y...-

minaze la tomo y la recosto sobre su pecho pasando sus brasos a su alrededor en simbolo de protecion...

Que bien se sentia ser abrazada por aquel angel, Himeko se sentia protegida como si nada malo fuese a pasar, como si en este momento nada importase. Apoyo su rostro en el pecho de el, unas lagrimas dulces salieron de sus ojos.

-Lo siento... es que yo... no quiero que... usted Minaze-san ... me vea llorar... no quiero

-himeko-san tranquila las lagrimas no hacen devil a nadie, los deviles son los que se niegan a declarar lo que cienten y sufren dentro de ci por su covardia y dejeme decirle que usted es alguien muy fuerte...-

Minaze le dio un pequeño beso sobre su hermosa cabellera y con su mano seco el rostro de aquel hermoso angel...

-Gra-gracias Minaze-san...

Lo abrazo con todas sus fuerzas aferrandose a las ropas de el, por alguna razon le gustaba estar serca, sentir su olor. Se separo de el muy apenada pero con una gran sonrisa en su rostro, sus rojizos ojos brillaban como nunca antes y una ultima lagrima rodo por sus mejillas pero esta no era de tristeza.